¿Te despiertas con sueño? ¿Con dolor de cuello? ¿Molestias en la espalda? ¿Dolor de cabeza? Pues Camaletisca te recomienda que reconsideres cambiar de almohada y encuentres la almohada perfecta.
Sí, no
necesariamente es tu colchón, ni siquiera el estrés del trabajo o una vida
agitada. La solución a tus problemas puede ser tan simple como cambiar de
almohada.
Pero no creas que
es tan sencillo, tampoco. Elegir la adecuada puede ser un arte. Y como de eso
puede depender que estés descansado al despertar y puedas tener un día en
plenitud, Camaletisca te deja algunos consejos basados en la experiencia para encontrar la almohada perfecta.
1
CUANDO
SEA NECESARIO
Lo primero que debes tener en cuenta es que solo debes plantearte esta búsqueda
si tienes rigidez cervical que haya afectado la postura de tu cuelo, tal como
lo recomiendan los fisioterapeutas. No cualquier dolor merece el cambio.
SEGÚN
LA POSTURA
Para
cada uno, una solución distinta.
a.
Fetal
La más común. Busca una de
látex y fíjate bien que tenga estructura de célula abierta, de manera que la
ventilación y la dureza justa esté garantizada.
b.
Boca
abajo
No la más común en general,
pero sí para los que llegan con copas encima. Necesitas una suave y súper
ligera. Sería bueno que tenga plumas de relleno.
c.
Boca
arriba
Si eres de los que se duerme
mirando el techo, lee esto sobre la almohada perfecta que debes encontrar: una suave,
delgada y que sea firme en la parte inferior, según ha recomendado previamente
Hoteles Center. Si es de goma, mejor aún.
d.
De
costado
Duermes hacia un lado pero no
de forma fetal. ¡Necesitas una almohada de dureza media urgente!
e.
Todas
juntas
¿Cambias de postura a cada
rato? No te preocupes, para ti es una de plumas 100%, que tenga flexibilidad
para tus cambiantes hábitos.
3
¿Y EL
MATERIAL?
Más allá de la postura, el material importa para saber cuánto nos van a
durar y si nos afecta a la salud.
Por ejemplo, según un artículo de mejorconsalud.com, hay que tener mucho
cuidado con las alergias. Por ejemplo, las almohadas de plumas son muy cómodas
y firmes para el cuello, pero pueden ser perjudiciales para las personas alérgicas.
Por otro lado, las de lana y algodón no provocan alergias, lo cual ya es un
buen beneficio para muchos. Lamentablemente, suelen ser un poco duras.
Otras son las de goma, que duran varios años y son más fuertes para
sostener la cabeza. Y no nos olvidemos de las látex o gel, cuya firmeza beneficia
al cuello y la espalda.
Finalmente,
Camaletisca no te recomienda tener en cuenta las de espuma de
poliéster, ya que pierden volumen y densidad con el tiempo, lo cual lo sentirás
también en tu zona cervical. Una así no será tu almohada perfecta.
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